¿ Cuántas visiones hay sobre una misma playa? – Cuidando olas 1/4 –
La evolución del Surfing en todas las modalidades ha sido vertiginosa durante las últimas décadas. No sólo a nivel deportivo, con maniobras más radicales, competiciones con logísticas impensables y deportistas mucho más profesionales que en aquellas épocas, si no que también en las formas de usar las playas y en los objetivos que se derivan de cada forma de uso.
Centrándonos en España, hace unos 20-30 años la gran mayoría de practicantes pertenecían a un colectivo, prácticamente único y compacto, que veía y usaba la playa como un centro social en el que se comparte el recurso vital del Surfing , las olas, y compartiéndolo de una forma local y bajo un orden establecido a través de la tradición social de este colectivo . Es decir, cada playa que presenta buenas condiciones para la práctica del Surfing genera entorno a ella un colectivo de ámbito local que disfruta de sus olas. Este disfrute, a medida que transcurre en el tiempo, genera tal arraigo que llega a generar un sentimiento de pertenencia en estos grupos (el temido, adorado y respetado localismo), pero siempre usando la playa con el objetivo de compartir y disfrutar sus olas.
Con el paso del tiempo, dentro de muchos de estos colectivos, se forman clubes y empiezan aparecer algunos practicantes que cambian poco a poco el objetivo de disfrutar por el de mejorar deportivamente, aspecto que se refuerza con la realización de competiciones y los resultados obtenidos en ellas. En nuestro país hemos pasado de tener unos pocos campeonatos al año, a realizarse entre 150 y 200 competiciones de Surfing entre todas las modalidades y ámbitos (local, regional, nacional e internacional), lo cual demuestra el interés de la sociedad surfera por sus competiciones y resultados, existe también un gran porcentaje de freesurfers que no les interesa el mundo competitivo.
Paralelamente al crecimiento deportivo, en los últimos 10-15 años se ha producido un auténtico boom en la enseñanza del Surfing. Con el impulso del turismo, y el reclamo que supone realizar una actividad tan atractiva en entornos como lo son las playas, las ganas de aprender a hacer Surfing ha superado la fugacidad de una simple moda. En todas esas playas que hace 2-3 décadas propiciaban el desarrollo de un colectivo de Surfing, hoy en día es raro que no tengan como mínimo entre 3 y 5 escuelas, habiendo extremos en los que en una misma playa puedan coexistir más de 25. Este enorme crecimiento de escuelas de Surfing tiene principalmente dos motivaciones: la deportiva, formando deportistas con objetivos deportivos en función de las competiciones y la empresarial, como una actividad de turismo activo. Dentro de estas dos motivaciones, a modo de extremos, las escuelas pueden posicionarse en puntos intermedios, en los que se aprovecha una explotación empresarial para mejorar la formación deportiva, pero sin duda todas tienden a un uso profesional de las playas.
Con toda esta evolución, en pocos años hemos diversificado los objetivos de uso de Surfing en nuestras playas, pudiendo sintetizar estos de la siguiente forma:
Usos con objetivo recreativo o de disfrute: esa visión de la playa como un centro social que disfruta y comparte las olas sigue presente, mostrándose actualmente como el corazón del Surfing de nuestro país. Supone el pilar básico de nuestra estructura territorial del Surfing y ojalá que nunca desaparezca.
Usos con objetivo deportivo: abarca todos los practicantes y clubes que buscan mejorar deportivamente, con entrenador o sin él, junto con todas las competiciones que se realizan en cada una de nuestras playas.
Usos con objetivo profesional: aquí se encuadra toda la actividad de las escuelas, pudiendo ser bajo un enfoque intensivo, lo que sería el turismo activo, o buscando una tecnificación deportiva, y pudiendo existir una combinación de ambos enfoques.
Resumiendo, en las playas nuestro recurso vital, las olas, recurso finito en tiempo y espacio dentro de cada playa, hoy en día ha de ser compartido entre los que quieren disfrutar, los que quieren aprender, los que quieren entrenar, los que quieren competir y los que quieren generar una actividad empresarial. Actividades muy distintas, todos ellas respetables, que han de coexistir de forma armónica, pero, ¿Cómo hacerlo?, ¿Qué actividad prevalece?, ¿Quién debe asumir la competencia de gestionar estas actividades?…..la semana próxima continuamos dando respuesta a estas preguntas en el segundo articulo de la serie Cuidando Olas….
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