La competición como una manera de entender la vida, charla con Aitor Francesena “Gallo”
Gallo, «cuando te quedas ciego se te cierran un montón de puertas y, de repente, aparece el parasurfing. Para mí es algo que hace que me levante de la cama con una ilusión»
Fotografía Sean Evans
Aitor Francesena “Gallo” es una persona que no deja a nadie indiferente. Siempre dice lo que piensa y la exigencia es una actitud que lleva por bandera. Un apasionado del surf que ha conseguido hacer de su pasión su oficio.
Toda una vida vinculada al surf de alta competición le otorga el derecho a hablar y opinar de un deporte que es su vida. No se entiende el surf nacional sin Gallo y Gallo no entiende su vida sin el surf.
Uno de los surfistas más laureados del panorama español nos habla, sin pelos en la lengua, de sus éxitos y de sus derrotas, de qué es para él parasurfing, la competición o una posible inclusión del surf en las paralimpiadas.
- ¿Qué significa el parasurf en tu vida?
¡Imagínate! Me quedé ciego hace 10 años y cuando intenté buscarle sentido a la vida apareció el parasurfing. Para mi es algo que hace que me levante de la cama con una ilusión. Soy una persona de objetivos y nunca he sabido vivir sin algo que hacer. Cuando te quedas ciego se te cierran un montón de puertas y, de repente, aparece el parasurf. De esta manera se convirtió en un estímulo, en un aliciente para que todos los días nada más levantarme de la cama esté pensando en porqué tengo que entrenar, porqué me tengo que cuidar, porqué tengo que hacer cosas que si no estuviese el parasurf no las haría. En definitiva, ¡no tendría esa ilusión de pelear por algo!
- Sino surfearas, ¿qué harías en tu día a día?
Esta claro que haría algo muy parecido…jeje!! Bicicleta estática, ir a la montaña… cuidar mi cuerpo para estar fuerte. Haría lo mismo pero tal vez sin la exigencia de la competición. Pero, ¡desde luego prefiero el estímulo de la competición!
- Entonces, la competición, ¿qué te aporta?
Lo primero que me da es un objetivo. Soy una persona a la que le gusta darlo todo en todo momento así que, ¡la competición significa ir a ganar! Para ganar tienes que llegar con la sensación de haber hecho las cosas bien hasta ese momento. La competición te exige un montón de cosas y, si lo que buscas es la victoria, la competición significa hilar muy fino para sacar lo mejor de ti y darlo todo para ganar.
- La competición por lo tanto es ganar, pero, no siempre se gana, ¿cómo se sufre eso?
Soy una persona muy comprometida con todo lo que hago. Cada vez que estoy durante un año entrenando y al final sale todo bien te das cuenta que ha merecido la pena. Sin embargo, cuando las cosas no han salido como uno quiere… ¡es un bajonazo increíble! Estás todo un año preparándote, y, cuando las cosas no salen como quieres, piensas en todo lo que has dejado de hacer, cosas pequeñas o cosas como no haber estado en un momento dado con mi hija o con mi pareja… o ¡¡no haber comido todo el jamón serrano o chorizó que hubiese querido…jejeje!! Cuando todo sale bien es maravilloso y cuando sale mal es muy duro.
- El surf ya es olímpico, ahora falta el parasurf, ¿qué le hace falta al parasurfing para entrar en esa élite de los deportes?
Tenemos que conseguir que más gente con discapacidad practique este deporte. Está claro que a más gente más opciones. Hay que hacer fuerza desde las federaciones, los deportistas… ¡tenemos que hacer ruido en todos sitios para darnos a conocer y que sepa la gente que estamos ahí! Una vez la gente sepa eso ya no va haber marcha atrás… si hay demanda no les queda otra que hacerlo. Creo que es cuestión de tiempo que entremos ahí… el surf ya lo ha hecho, ahora nos toca a nosotros.
- ¿Cuánto nos queda de Gallo?
Me encantaría decirte que hasta los 60… ¡ese es mi propósito! Me quedan todavía nueve añitos, pero, siempre que el cuerpo me aguante ten por seguro que haré todo lo posible por cuidarme y cumplir ese objetivo. Si llego, quiero llegar en un nivel alto, con 60 años quiero estar en una forma maravilloso y si se puede más…más!! Pero, prefiero tener objetivos silenciosos en mi cabeza y no hablar antes de hacer, sino hacer y luego hablar.